Mucho se oye/ve/lee sobre la palabra sostenible. Una “gran” palabra que se complica al intentar entender lo que rayos significa y cómo podemos interaccionar con ella. A veces la comprensión se embrolla, quizá por los excesos a la hora de utilizarla por parte de algunas empresas, que aprovechándose de la ignorancia ajena, realizando una única acción, se venden como sostenibles. Pero esto no es lo que nos ocupa en este artículo.
El tema de la sostenibilidad es fascinante, en especial las diferentes formas y conceptos que son entendidos como tal y los porqués sobre el uso cada día más frecuente de esta palabra, que hace que el concepto se cuele en nuestro día a día.

Según el informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (Comisión Brundtland), el concepto de sostenibilidad o sostenible se resume en: “…el desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.

Desastres naturales, aumento en la divulgación a través de los mass media, público receptivo, globalización. Estas son algunos de los términos que me viene a la cabeza cuando intento entender esa corriente cada vez más y más popular. Céntrese y trate de recordar cuando fue la primera vez que esa palabra entró en su vida, de alguna forma. Todos recordamos aquélla época en la que todas las marcas se afanaban en sacar sus productos con denominación “bio”, anunciados a bombo y platillo por las más deslumbrantes estrellas del show-business del momento. Sólo hace falta hacer una pequeña búsqueda y el Sr. Google nos responde.
Según el informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (Comisión Brundtland), llevado a cabo en 1987 bajo la batuta de la primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, el concepto de sostenibilidad o sostenible se resume en: “…el desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
Tal desarrollo, según Ignacy Sachs, no debe ser confundido con crecimiento económico. En mi opinión, no necesitamos parar de producir, sino pararnos a pensar: el qué, cómo y para qué estamos produciendo…; «es preciso mirar de forma sistémica (hacia el concepto de sostenibilidad) desde una concepción, la producción y finalmente el consumo”, en palabras de Andréa Franco Pereira. De esta frase se destila el concepto de “eco-diseño” – que se preocupa desde el nacimiento de la idea hasta el descarte o re-utilización de la misma y de cómo un producto puede ser aprovechado de manera más eficaz en cada una de sus fases de utilización o transformación.
Además, según Sachs, el crecimiento económico sostenible debe abarcar 5 dimensiones:

  • Social: sociedad con mayor equidad, capaz de reducir las desigualdades sociales y regionales
  • Cultural: flujo de recursos con retornos positivos y uso eficiente
  • Económica: aumentar la capacidad de sustento del planeta
  • Ecológica: configuración rural-urbana equilibrada para los asentamientos humanos
  • Espacial: respeto a las diferentes culturas. No sólo respeto entre culturas y hacia sus prácticas, sino también a la interacción y al aprendizaje conjunto.
  • Político-Institucional: fortalecimiento de las instituciones democráticas y promoción de la ciudadanía (esta última fue implementada por los autores Armindo dos Santos de Sousa, José Carlos Barbieri y por la autora Sylamara Gonçalves-Dias).

Tomando ese hexágono bien equilibrado y equilátero, el “ser sostenible” resulta fácil de entender, independientemente de si la persona es física, jurídica o pública.

…No necesitamos parar de producir, sino pararnos a pensar: el qué, cómo y para qué estamos produciendo…

Otra visión sería la de Herman Daly, quien escribe: “para la consecución de la sostenibilidad, una economía sin crecimiento, con desarrollo enmarcado en la distribución de la riqueza ya existente”. No creo en el estancamiento de la economía, pero de otras maneras, quizá sí en la distribución de la riqueza, tecnología, conocimientos con la intención de eliminar la pobreza, llegando así a una principio de equidad. De todas formas, qué sería de los políticos sin la masa ignorante y fácilmente manipulable con medidas paliativas, pero eso también queda fuera del tema que tratamos ahora…o no?
Volviendo a algunas definiciones de “sostenible” o “sostenibilidad”, añado lo que piensan Diort e Nascimento sobre el asunto:”…se requiere un cambio en el modelo de desarrollo dominante, fordismo y taylorismo. Una vez oí de un gran amigo que el modelo escolar actual se encaja perfectamente en el sistema del fordismo…Las escuelas y colegios como una mera línea de producción, induciendo voluntades y deseos en los niños y preparándolos para trabajar en algún mercado para desarrollar alguna función mecánica, sin usar la razón, en lugar de desarrollar seres humanos pensantes, de pulgar opositor y tele-encéfalo altamente desarrollado (exacto, como en el documental Ilha das Flores). Pensando en la economía, otro modelo sería muy bien venido. En lugar de pensar en sacar ventaja del prójimo podríamos unir fuerzas para poder ayudar a cada vez más colectivos desfavorecidos. Las figuras de abajo intentan expresar estos principios de forma matemática:

Adan Smith

Adan Smith

borger&art

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En la primera figura vemos algunas líneas divergiendo, derivando de otras y creando nuevas, en la imagen de al lado observamos cómo una sinergia de ideas, pensamientos y actitudes llevan a un bien común potenciando esas acciones.

 

No creo en el estancamiento de la economía, pero de otras maneras, quizá sí en la distribución de la riqueza, tecnología, conocimientos con la intención de eliminar la pobreza, llegando así a una principio de equidad

Afonso tiene un punto de vista interesante al respecto de la definición de la Comisión Bruntland: “las críticas más frecuentes están relacionadas al hecho de que una acción en el sentido recomendado por la Comisión implica una reforma estructural mundial y poco probable”. Sin duda es radical, si es o no poco probable el tiempo lo dirá, pero hoy en día podemos ya ver buenas y eficaces acciones sobre el tema alrededor del globo.
De las definiciones encontradas, una cosa es cierta: el medio ambiente necesita ser protegido y bien cuidado. Lo que es interesante, ya que las empresas extractoras se auto proclaman “sostenibles” (Petrobrás, Vale…). La sostenibilidad es mucho más que marketing, debería ser tenida como un valor, una forma de comercio justo y, por qué no, de vida. Con todo, la ambición, en la mayoría de los casos, no nos permite (com)partir y nos está alejando de la “s” de “sostenibles”.