Ha sido un proceso largo que los vecinos de la localidad extremeña de Plasencia han ido siguiendo con expectación y, en muchos casos angustia, durante prácticamente 20 meses, pero que realmente han sido muchos más. Desde que en Febrero del año pasado el PP diera el visto bueno y se iniciaran los trámites pertinentes, hasta que la Autorización Ambiental Unificada dio luz verde al proyecto
La empresa explotadora de derechos Araplasa, S. A., originaria de la zona, llevaba años intentando sacar adelante los infinitos trámites burocráticos y políticos necesarios para aprobar la Planta Procesadora de Residuos, o planta de reciclaje, que tanto tiempo llevaban demandando no sólo los responsables de la empresa, sino también los vecinos de Plasencia y sus alrededores. En parte, la instauración definitiva de la planta cierra el problema de la escombrera de la Carretera de Salamanca, que ya había sido declarada ilegal por La Junta de Extremadura, por no ajustarse a los criterios de la UE.
Todo ha coincidido con un incendio que fue declarado y controlado el mismo día, el pasado jueves 6 de Junio. Como si fuera una señal, la escombrera daba sus última señales de vida. Será sellada y la adjudicación será decidida próximamente, según la propia Junta.
El 11 de Junio el inicio de las actividades de la planta de reciclaje supuso el fin «oficial» de la escombrera pública. La Planta es un proyecto de la Diputación de Cáceres que ha corrido con la mitad de los gastos, la otra mitad corren a cuenta de Araplasa. De hecho la planta se ha construido ocupando 8 hectáreas de las cientos que la compañía tiene como canteras en esta zona. En total 10.670.784,66 €. Cuenta con 15 plantas de transferencia y 125 puntos de acopio repartidos por la provincia. Realmente es una apuesta en toda regla. Todo será gestionado por Araplasa, que repartirá en total 130 contenedores con una capacidad cada uno de ellos de unas 20 toneladas. En la planta de Araplasa se reciclará el 92% aproximadamente del material que llegue y todo lo que no se pueda reciclar irá al vertedero de cola, con el que se completará la instalación.
La planta cuenta con estructuras destinadas a una primera fase de triaje, donde se separa el material. Después los residuos pasan por molinos de trituración donde se espera reducir el tamaño hasta conseguir que un 90% se pueda utilizar para el relleno de zanjas, hormigón, etc. Después se separan finalmente los residuos por tamaños.
José Manuel Mateos, gerente de la planta, aseguró que en la misma trabaja una plantilla de 5 personas, más los conductores de los camiones y la empresa prevé contar con una persona en cada planta de transferencia, en total 15. (fuente: Efe y El Periódico de Extremadura)
Buenas noticias para Plasencia y la comarca que por fin verá cerrada una escombrera que no admitía ya más residuos y que así mismo obtendrá un repercusión en su red de economía local.