Esta especie botánica ha estado muy presente  en la vida de  los indígenas sudamericanos que llevan beneficiándose de sus propiedades desde hace siglos.  Las raíces de Pilocarpus jaborandi fueron empleadas para combatir una gran variedad de afecciones y enfermedades en estas tribus y pueblos, debido a que lo consideraban un remedio universal.

Se utilizaba como antídoto en las mordeduras de serpientes y otros posibles envenenamientos; como anticatarral, en cálculos urinarios e incluso para tratar la gonorrea. Como curiosidad señalar que, debido a la intensa sudoración y salivación que producía, los indígenas lo empleaban para practicar la llamada «sudoración terapéutica».

Paulatinamente, se fueron descubriendo nuevas propiedades de esta planta hasta llegar a nuestros días, en los que se aprovechan prácticamente todas sus  cualidades conocidas en las que  profundizaremos a continuación.

Aplicaciones Terapéuticas

Como consecuencia de las propiedades que posee , la pilocarpina es capaz de aumentar el tono muscular, es decir,  tensión (contracción parcial) que exhiben los músculos cuando se encuentran en estado de reposo, la cual es mantenida gracias a la acción de las unidades motoras respectivas. Si por ejemplo, se produce un  tirón o estiramiento, el cuerpo responde de manera automática  incrementando esta  tensión muscular, por lo que constituye un reflejo que ayuda tanto a protegerse del peligro como a mantener el equilibrio y la postura.

Gracias a su capacidad para aumentar las secreciones corporales (sudor y saliva) esta especie vegetal se utiliza como depurativo general del cuerpo,  estimulando los mecanismos necesarios para eliminar la materia tóxica corporal. Debido a esta misma cualidad es útil en afecciones reumáticas como  gota, osteoporosis y artritis reumatoide y también en cuadros de catarro agudo. Tras tomar esta planta se produce una salivación y sudoración intensas (efecto sialagogo y diaforético respectivamente), cuyo efecto máximo llega a los 30 o 40 minutos.

Los indígenas sudamericanos la utilizaban como antídoto en las mordeduras de serpientes y otros posibles envenenamientos; como anticatarral, en cálculos urinarios e incluso para tratar la gonorrea

A raíz  de una de las acciones farmacológicas  de este principio activo (hipotensión), resulta evidente que esta droga será eficaz para el tratamiento de la llamada hipertensión arterial, que se asocia a tasas de mortalidad considerablemente elevadas y cuya incidencia está aumentando año tras año. Se considera uno de los problemas más importantes de salud pública  especialmente en los países desarrollados, afectando a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. Cabe destacar que la hipertensión es una enfermedad asintomática y fácil de detectar; sin embargo, cursa con complicaciones graves y letales si no es tratada  a tiempo. La pilocarpina es hipotensora, pero su uso no se encuentra demasiado extendido a causa de los efectos secundarios que veremos posteriormente.

Pirocarpine

Pirocarpine

Otro de los campos que se ha visto favorecido tras conocerse los efectos beneficiosos de este alcaloide imidazólico es el de la oftalmología, fundamentalmente para tratar una enfermedad conocida como glaucoma, responsable de aproximadamente un 20% de los casos de ceguera. Esta patología ocular se caracteriza por una neuropatía óptica que desemboca en  una pérdida progresiva de las fibras nerviosas de la retina y cambios en el aspecto del nervio óptico, lo que se traduce en una reducción de la visión y déficit en el campo visual. Uno de los principales factores que pueden influir en la aparición del glaucoma es la presión intraocular alta,  por lo que gracias al mecanismo de acción de este principio activo, es posible reducirla.

La pilocarpina actúa en el músculo ciliar del ojo produciendo miosis (contracción de la pupila del ojo), lo cuál permite la apertura del canal de Schlemm. Esto posibilita el drenaje del humor acuoso (líquido transparente que se encuentra en la cámara anterior del ojo) y por lo tanto consigue disminuir la presión intraocular.

 No menos importante, es el uso medicinal de esta planta como antiparasitario capilar y para evitar la caída del cabello, fortaleciendo el cuero cabelludo, siendo por todo ello útil para prevenir o atenuar estados de incipiente calvicie. El jaborandi se encuentra en la composición de muchas fórmulas antiparasitarias y contra la pérdida del cabello.

 

Efectos Secundarios

Pero no sólo vamos a hablar de las ventajas que nos ofrece Pilocarpus jaborandi. No podemos dejar apartado el hecho de que su principio activo también tiene numerosos efectos tóxicos y secundarios, por lo que habrá que tener especial precaución y cuidado a la hora de la ingesta.

Puede provocar cefaleas, náuseas, vómitos (es irritante de la mucosa gástrica), diarreas, sudoración profusa, temblores, bradicardia y alteraciones de la tensión arterial. Un dato llamativo a remarcar es que la ingestión de 100 mg de pilocarpina puede ser mortal. En caso de intoxicación,  además del tratamiento general para alcaloides, debe emplearse atropina como antídoto.

Como vemos, es una planta de la cuál se puede sacar mucho provecho, pero que puede resultar peligrosa si se emplea sin las debidas precauciones.

 

Curiosidades y Modo de Usar:

Como curiosidades a destacar, se observa que este alcaloide estimula las estructuras inervadas. En este sentido destaca su acción hipersecretora que se traduce en una acción de profusa sudoración y diuresis (se elimina agua, urea y cloruro sódico). Por todo ello, a nivel cardiovascular produce taquicardia y ligera elevación de la presión arterial, pero a dosis elevadas ocasiona hipotensión y colapso.

En la actualidad y de manera generalizada, se emplea este principio activo  en estado puro, aplicado en distintas formas farmacéuticas como colirios, geles, pomadas y otras muchas,  siempre bajo estricto control médico. No obstante, es posible elaborar en casa y de una manera sencilla algunos preparados caseros a base de esta planta, por lo que, a  continuación,  vamos a abordar cómo emplear esta droga. 

 Su principio activo también tiene numerosos efectos tóxicos y secundarios, por lo que habrá que tener especial precaución y cuidado a la hora de la ingesta. Puede provocar cefaleas, náuseas, vómitos ( es irritante de la mucosa gástrica) , diarreas, sudoración profusa, temblores, bradicardia y alteraciones de la tensión arterial

Las hojas deben recolectarse y ponerse a secar  lo más pronto posible; posteriormente se guardan en frascos herméticos ( enteras o pulverizadas) , aunque después de un año, y aún extremando las condiciones de almacenamiento,  estas pierden gran parte de su contenido en alcaloides, teniendo que desecharse transcurridos dos años.

Usos Pirocarpus

Usos Pirocarpus

Los preparados a base de esta especie botánica pueden utilizarse tanto interior como exteriormente. Al interior, la manera  normal de consumirlas es en forma de infusión, a razón de 2 gramos de hojas por taza (dosis recomendada), una vez al día repartida en dos o tres tomas durante dos horas. Puede endulzarse con miel y es especialmente recomendada en estados gripales y resfriados de pecho, cabeza y garganta. Remarcar la importancia de  no sobrepasar nunca esta dosis.

Por otra parte, también podemos realizar una decocción, que supone un hervor seguido, lo que le diferencia de la infusión. Los pasos a seguir son lo siguientes.

  1. En primer lugar, se verterán de 10 a 20 gramos de hojas secas en un litro de agua.
  2. Se enciende el fuego hasta que empiece a hervir y se mantiene a fuego lento  hasta que el líquido se reduzca en una tercera parte, lo cuál se producirá normalmente entre los 20 minutos y la media hora.
  3. Más tarde se añade la cantidad de agua fría necesaria para obtener el volumen deseado.

Al igual que en el preparado anterior hay que respetar la forma de consumo,  sin olvidarnos en todo momento  de las dosis máximas que se pueden ingerir. Una vez hecha la decocción hay que filtrar el líquido mediante un paño, exprimiéndolo bien. Este preparado se elabora  para ser utilizado al momento, se guarda en la nevera o en un lugar fresco  y no debe ser almacenado  más de 24 horas.

infusión

infusión

 

 

En uso externo,  para combatir la caída del cabello, la forma más indicada de aplicación es como tintura, con 15 gotas 3-4 veces al día. Elaborar este preparado   no tiene ninguna complicación. El método  mayoritariamente empleado consiste en:

Macerar la planta en alcohol etílico de uso interno (se consigue en farmacias) generalmente de 86 grados y agua purificada o destilada, en proporción 1:3 , es decir, 70% de alcohol y 30% de agua. Este alcohol  tiene la capacidad de extraer los principios activos y además actúa como conservante. Las relaciones entre alcohol y la planta suelen ser de un litro por cada 100 g de hojas secas o 250 g de hojas frescas.

En cuanto al procedimiento de elaboración:

  1. En primer lugar se colocan las hojas  en un recipiente de cristal de boca ancha y tapa de rosca para cubrirlas holgadamente con el alcohol.
  2. Se cierra y se guarda en un lugar oscuro y fresco durante 2-3 semanas protegido de la luz ( conviene agitarlo diariamente).
  3. Transcurrido este tiempo, hay que llevar a cabo el prensado para poder extraer hasta la última gota de la tintura. Puede   efectuarse con una prensa de vino pequeña, pero si no se dispone de una se puede recurrir a la mano o a la licuadora.
  4. Finalmente, en las botellas hay que pegar una etiqueta donde conste el nombre de la planta y la fecha de elaboración, ya que, aunque el alcohol es un excelente conservante, no es conveniente emplear la tintura después de tres años.

 Cultivo:

Para acabar, y para los que dispongan de  un espacio adecuado para  poder cultivar esta planta, vamos a proporcionar una serie de  consejos y recomendaciones a tener en cuenta para un correcto crecimiento de misma.

  • Respecto al terreno, esta especie botánica necesita un suelo profundo y muy bien drenado,
  • En cuanto a la iluminación, se recomienda que Pilocarpus jaborandi reciba luz solar directa, por lo que debe colocarse en un lugar luminoso.
  • Puede encontrarse al aire libre, ya que aguanta temperaturas mínimas, incluso bajo cero.
  • El abono  se realiza  a inicios de la primavera o del otoño, utilizando fertilizante o estiércol maduro y, además, se aconseja un tratamiento preventivo orgánico para  evitar el ataque por parte de los insectos y el desarrollo de enfermedades causadas por hongos, a menudo favorecidas por el clima fresco y húmedo.
  • Hay que regarla esporádicamente, empapando en profundidad el terreno pero siempre evitando el exceso de agua. Se aconseja regar sólo los ejemplares jóvenes debido a que los ejemplares adultos, en general, se abastecen de las lluvias.

FICHA BOTÁNICA

BIBLIOGRAFÍA

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  • *Lifchitz,A. Plantas medicinales. Guía Práctica de Botánica Universal. Buenos Aires. Editorial Kier. ( 2003)  p. 114.