El cranberry (Vaccinium macrocarpon) o arándano rojo de Norteamérica, se ha considerado tradicionalmente como una fruta que contribuye al mantenimiento de la buena salud del tracto urinario en los países de influencia anglosajona. Ya era utilizado hace más de mil años por los nativos del norte de América formando parte de alimentos y también como medicina, por lo que puede considerarse como uno de los primeros alimentos funcionales. Sus beneficiosas propiedades son bien conocidas desde mediados del siglo XIX ya que se empleaba para tratar y mejorar la cicatrización de las heridas ( en forma de emplastos), tratar las intoxicaciones, afecciones urinarias, diarrea, diabetes y, por su gran contendido de vitamina C, se consumía en travesías largas por el océano para prevenir la aparición del escorbuto entre los pasajeros y la tripulación.
Como curiosidad respecto a la nomenclatura señalar que, el nombre inglés (cranberry) evolucionó de Crane Berry ( baya de grulla ) debido a la denominación que le dieron los colonos, que asociaron la forma de la flor con el cuello, cabeza y pico de dicha ave.
Probablemente el uso medicinal más extendido del cranberry es el tratamiento de las infecciones del tracto urinario (ITUs) en uretra, vejiga, riñones y próstata, provocadas por bacterias patógenas,principalmente Escherichia coli, que son responsables del 85 % de las infecciones sintomáticas.
Las bacterias emplean fimbrias y pili ( estructuras proteicas) para adherirse a otras superficies, pero las proantocianidinas que forman parte de la composición química del arándano rojo americano impiden la adherencia de estas bacterias E. coli con fimbrias tipo P al tejido y mucosa de las células uroepiteliales, siendo éstas eliminadas al orinar. Por consiguiente, mediante este mecanismo de actuación se evita la aparición de una posible infección, por lo que quedan justificados los beneficios que nos ofrece esta planta medicinal como antiséptico urinario. Se recomienda y resulta especialmente eficaz en casos de infecciones urinarias recurrentes.
Este tanino condensado también es capaz de impedir la unión de otros tipos de microorganismos como Helicobacter pylori a las células epiteliales del estómago que son las responsables de la mayoría de los casos de úlceras duodenales y gástricas. Dicha bacteria debilita las paredes mucosas que protegen el estómago, permitiendo que el ácido y la misma penetren en el sensible tejido que se encuentra bajo esta capa protectora provocando este tipo de lesiones. Respecto a la cavidad bucal , inhibe la congregación de ciertas bacterias orales que causan la placa dental, caries, gingivitis y enfermedades periodontales.
Por otra parte, el cranberry puede desempeñar un papel favorable en el mantenimiento de la salud cardiovascular. Disminuye ligeramente los niveles de colesterol total y LDL, escudando al corazón de una posible arterioesclerosis , y, los antocianósidos y flavonoides, contribuyen a este efecto mejorando la fragilidad capilar y favoreciendo el flujo sanguíneo. Los ácidos fenólicos también tienen un importante interés ya que presentan actividades biológicas como antioxidante ( protegiendo a las células de los radicales libres y evitando el envejecimiento de las mismas) y antiulceroso. La pectina que contiene es una fuente de fibra con capacidad hipocolesterolemiante y anticancerígena.
En casos de diarreas infecciosas produce mejora debido a los ácidos que posee el arándano rojo americano en su composición, que cumplen una función antibacteriana y los taninos, por su efecto astringente, normalizan y reequilibran la flora intestinal en dichos episodios.
Actualmente existen en el mercado numerosos preparados que incluyen esta especie terapéutica. La presentación más habitual será en forma de cápsulas que podéis adquirir en farmacias o parafarmacias, pero os vamos a explicar además algunos remedios caseros que seréis capaces de hacer vosotros mismos.
Para llevar a cabo la infusión de cranberry herviremos 1 cucharadita de bayas secas de arándano rojo en 250 ml de agua durante unos 5-10 minutos. Pasado este tiempo, apagaremos el fuego y dejaremos en reposo 10 minutos, colando posteriormente nuestro preparado. Se recomienda tomar esta infusión 1-2 veces al día.
El zumo natural de arándano rojo también es otra alternativa para poder beneficiarnos de las propiedades de esta planta medicinal. Su elaboración es muy sencilla. Simplemente necesitaremos adquirir los frutos frescos, los cuales licuaremos y batiremos previamente bien lavados, y a continuación añadiremos agua a nuestro gusto ( la cantidad dependerá de lo líquido o denso que queremos que quede nuestro zumo). Se aconseja incorporar miel o azúcar ya que, como explicamos anteriormente, el cranberry tienen un sabor agridulce parecido al de una manzana ácida que enmascararemos de esta manera. Podemos tomar el zumo y las bayas frescas habitual y regularmente en nuestra dieta.
En el mercado farmacéutico disponemos actualmente de diversas formas farmacéuticas o presentaciones que garantizan la administración diaria mínima de 36 mg de proantocianidinas (PAC) procedentes del arándano rojo ( aunque prácticamente todas aportan una cantidad superior, entre 110-140 mg de PAC). El uso de esta dosis, necesaria es imprescindible para observar efectos beneficiosos, está justificada por los resultados de los distintos estudios clínicos avalados. En resumen, el zumo de arándano rojo y los frutos frescos representan una alternativa útil para la prevención de las ITUs e implica una notable disminución del uso de antibióticos y de la aparición de resistencias originadas por su uso excesivo o inadecuado. Recordar que, esta planta medicinal no debe emplearse sustituyendo a los antibióticos durante una infección aguda urinaria.
Es importante señalar que los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta equilibrada.
Hay situaciones, en las que tenemos que tener especial precaución cuando vayamos a ingerir productos que contengan cranberry.
Una de ellas es si padecemos diabetes, debido a que numerosos preparados de arándano rojo son endulzados con azúcar a causa de su sabor. Además, el jugo y sus extractos, contienen una gran cantidad de una sustancia química llamada oxalato que podría aumentar el riesgo de formación de cálculos renales.
El consumo de cantidades excesivas de este fruto puede provocar malestar gastrointestinal y posibles episodios diarreicos, por lo que se recomienda ingerir con moderación y a las cantidades indicadas. No se debe tomar ninguno de los preparados si padecemos alergia a esta especie.
Por último, otro efecto secundario del arándano rojo, es su capacidad de interaccionar con medicamentos anticoagulantes como la warfarina, prolongando el tiempo que permanece en el cuerpo y aumentando las posibilidades de formación de hematomas y pérdida de sangre.
En el embarazo y la lactancia se puede consumir el zumo de arándano y sus bayas, lo que lo hace una alternativa muy importante en infecciones urinarias que afectan a mujeres en esta condición pero, como medida de precaución, no así suplementos dietéticos que lo contengan. No obstante, en estos casos , se aconseja preguntar al médico antes de realizar cualquier ingesta de estos productos.
El cultivo de este arbusto exige unas condiciones especiales debido a que necesita suelos cenagosos y pantanosos para su desarrollo. Requiere mucha luz sin un calor excesivo y tampoco le gusta el viento. A mediados de junio se abren las flores y 3-6 semanas después, cuando se marchitan, aparecen en su lugar minúsculos nudos verdes que a lo largo del verano se irán convirtiendo en cranberries. En septiembre y octubre alcanzan su plena madurez y, en cuanto las temperaturas empiezan a caer por debajo de los cero grados, se desarrolla su característico color rojo intenso.
La planta es resistente a las heladas y la cosecha empieza en otoño ( desde mediados de septiembre hasta principios de noviembre) y puede realizarse de dos maneras: en seco, en la que los agricultores utilizan máquinas cosechadoras parecidas a una segadora recogiendo las bayas directamente de los rabillos; y, húmeda, en la que se inundan los campos hasta una altura aproximada de 45 centímetros y unos remolinos de agua generados artificialmente desprenden los frutos de los arbustos que flotan en el agua, gracias a sus 4 cámaras de aire en el interior.
En el párrafo anterior hemos hecho referencia a las condiciones de cultivo que precisa el cranberry para su crecimiento y que encuentra en EE.UU, donde se halla su hábitat natural. No obstante, la climatología de nuestro país dificulta el que podamos cultivarlo en nuestro jardín.
Una alternativa que podéis tratar de hacer es obtener la planta por encargo e intentar asemejar los requerimientos climáticos que necesita esta especie medicinal, empleando un sustrato adecuado, que drene bien y asegurando un suelo húmedo sin demasiada luz solar.
Por último, os mostramos las siguientes fotografías de productos que se venden en farmacias que contienen cranberry como uno de sus ingredientes.
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